CUERPO

Nuestro cuerpo es extraordinario y funciona de forma compleja pero armónica, sincronizada e interconectada entre los sistemas, los órganos, las sustancias, los químicos y demás componentes, por lo que es clave conocer los aspectos básicos; entendiendo como está conformado, como funciona. Además porque el cuerpo cambia constantemente y más aún en la medida que envejecemos.  Mejorar la relación con él, desarrollar habilidades, capacidades, entre otros aspectos, enriquece la percepción de los demás y del entorno que habitamos, que a su vez nos ayuda a identificar el por qué debemos cuidarlo.

Aunque han intentado crear estereotipos o modelos de cuerpos “perfectos” o ideales para encasillarnos, lo real y valioso es que todos los cuerpos son diferentes con la misma estructura, ya que somos seres individuales, tanto hombres como mujeres, tenemos cuerpos únicos e irrepetibles, con funciones naturales, distintas y de gran diversidad en genotipos, fenotipos y grupos culturales.

El cuerpo da la estructura, la forma, es el vehículo, nos adaptamos a el, crecemos, evolucionamos, experimentamos, es el soporte y el compañero permanente de vida. Además por medio de este nos nutrimos, respiramos, usamos los sentidos, nos conectamos con las emociones, con el(la)  niñ@ interior (que fuimos y que sigue en nosotr@s), nos permite movernos, comunicarnos, expresarnos, vivir todo tipo de situaciones y disfrutar de lo que la vida nos brinda día a día. 

Para vivir bien, es importante reconocer el valor del cuerpo e incluso asumirlo como algo sagrado del propio ser, de la dignidad, como parte vital de la vida; es así entonces que debemos tratar el cuerpo como un templo, esto significa amarlo, respetarlo, protegerlo y cuidarlo en todos sus aspectos, siempre teniendo presente, que la clave es el equilibrio, sin excesos ni carencias. 

Por ello, si se cuida adecuadamente, seremos conscientes de que el bienestar sólo depende de nosotros mismos. El estar atentos a lo que nos sucede, a lo que pensamos, a lo que sentimos, a sabernos validar, amar y proteger, requiere que cada uno asuma la responsabilidad (sin culpas ni juicios) del autocuidado, de forma integral, amorosa y compasiva, siendo cada vez más sensatos, libres, y asumiendo también las consecuencias de las decisiones que se toman.

Algunos elementos esenciales para nuestro autocuidado son:

  • Alimentación sana, natural y balanceada.
  • Hidratación.
  • Movimiento y ejercicio.
  • Relajación y descanso.
  • Desintoxicación y purificación.
  • Respiración consciente.
  • El disfrute y el placer.

 

Entonces, ¿Cómo cuidas de ti mism@? ¿Qué aspectos te hace falta incluir en tu autocuidado?

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